ALEJANDRO LOBO

Sensibilidad, sencillez y talento son los fundamentos de su obra. Agnóstico, curioso, anarquista y trabajador incansable sólo creía en la fuerza de la naturaleza.

Su producción extraordinaria lo convierte en uno de los escultores españoles esenciales del siglo XX.

Nacido en el año 1910 en Cerecinos de Campos, provincia de Zamora, desde muy joven muestra unas dotes asombrosas para la escultura, que se desarrollan con el aprendizaje del oficio.

Su estancia en el taller del imaginero Ramón Núñez completa su formación adquiriendo una gran destreza en los trabajos de talla.

En 1927 ingresa en la Academia de San Fernando, becado por la Diputación Provincial de Zamora. Tres meses después, y por el hastío que le producen las enseñanzas teóricas a quien ya dominaba la técnica, abandona los estudios.

A finales de la década de los 20 comienza a entrar en contacto con las vanguardias. Las obras de Gris, Miró, Picasso, Hugue, Cosio, Bores y Dalí, en la exposición celebrada en el Jardín Botánico de Madrid, en Marzo del 1929, le producen una gran impresión, aunque de ésta no se deriva una modificación trascendental de su escultura.

A partir del año 1933, la presencia en su vida de Mercedes Guillén y la convulsión cultural y social de aquellos tiempos modelan su personalidad y generan una evolución importante de su obra.

Las visitas al museo arqueológico producen en él una impresión determinante pues a partir de ese momento comienza a manifestarse la ruptura con las raíces académicas.

En 1938, en plena guerra civil muere su padre en un bombardeo, que además destruye su taller.

En la primavera del 39, Lobo llega a París, y con el amparo de Picasso conoce a algunos de las más importantes figuras del momento como Julio González, Pevsner y sobre todo Henri Laurens.

El contacto con las vanguardias da lugar a una búsqueda compulsiva con los correspondientes vaivenes estilísticos. La protección y generosidad de Henri Laurens fue para el artista más importante que su influencia.

En 1946 disfruta de las primeras vacaciones, el primer contacto con el aire libre, con la vida. Ello le permite contemplar el juego de las madres y los hijos. Esta visión es el origen de una serie importantísima en la obra del Escultor, las maternidades, en las que expresa el movimiento, el juego, la libertad, la ternura, los contrastes sorprendentes entre la estabilidad y el dinamismo:
“Mi trabajo actual es como siempre, figurativo; es decir, abstracto. Parte forzosamente de una figuración. Se hace abstracción que se simplifica, que se sintetiza. Y por simplificar esa realidad entiendo concentrar la emoción con el fin de sentirla y comunicarla más directamente….”

A partir de los años 50 la obra se va haciendo más extrema, aproximándose a resultados en el límite de la abstracción, en los que podemos observar la síntesis de sentimientos que relacionan las figuras y en cierto modo la exaltación de la vida frente a los tiempos pasados en los que la muerte había sido una presencia permanente.

“En la etapa más radical de los 50, las figuras de Lobo permanecerán en todo momento, por muy diversos que sean sus ejes de desplazamiento frente al naturalismo, esencialmente fieles a una lógica anatómica, sobre la que se asienta la fascinación clasicista”. (Fernando Hucici)

En los 60 Arp y Brancusi, se convierten en las principales referencias, y en algunas de las obras se reconocen citas, que son en general, más conceptuales que formales.

La simplificación convierte sus obras en esquemas volviendo a territorios de naturalismo. En este periodo se aprecian transformaciones en las que se observa una búsqueda intensa de la modernidad, pero manteniendo como eje de referencia constante el desnudo femenino. Las figuras son frontales, pueden ser rodeadas con la mirada y están concebidos para serlo.

En los años 70 las piezas tiene un nuevo carácter, el movimiento, que consigue con ondulaciones aparentemente casuales, pero que aportan a las esculturas una extraordinaria energía. “Resulta difícil no maravillarse ante su facilidad para dilatar la piedra o el bronce con un vitalidad y una energía que apenas se encuentran”. Gaston Diehl
La extraordinaria serie de las maternidades y los fragmentos del cuerpo humano, los torsos en los que se acerca a la abstracción renunciando a su obsesión clasicista, citan y en muchos casos superan a los mejores de sus contemporáneos.

En 1993, y en plenitud creadora muere en la ciudad de París a los 83 años de edad.

Premios

Su reconocimiento internacional premios y distinciones
Premio André Susse de Escultura (1958)
Premio Jacques Lenchener (1974)
Premio Oficial de las Artes y las Letras (Francia, 1981)
Orden Andrés Bello del Gobierno de Venezuela (1989)
Medalla de Oro Susse Fréres Fondeul
Premio Nacional de Artes Plásticas de 1984
Premio de Castilla y León de las Artes de 1985

Exposiciones

2009. "Baltasar Lobo en el Museo de Bellas Artes de Asturias", Museo de Bellas Artes de Asturias, Oviedo, Asturias
2006. Galería Leandro Navarro, Madrid
1997. Fundación cultural Mapfre Vida, Madrid
1995. Centre d’Arts Plastiques, Royan Iglesia de la Encarnación, Zamora
1994. Galería Leandro Navarro, Madrid
1993 Galería Freites, Caracas
1992. Kunsthalle, Tübingen,Museo de Arte de Umeda, Osaka Museo de Tokio, Tokio
1989. Galerie Nichido, Tokio, M.A.C. de Caracas, Caracas
1988. Galerie Daniel Malingue, París
1986. VIII Bienal Ciudad de Zamora.
1985. Galerie Nathan, Zürich.
1984. Alcaldía, Cerecinos de Campos, España, Sala de Exposiciones, Caja de Zamora
1981. Galería Freites, Caracas
1980. Galerie Appel und Fertsch, Frankfurt,Galerie Paul Valloton, Lausana,Galería Italia, Alicante
1978. Musée Toulouse-Lautrec, Albi, Francia
1977. Galerie Kutter, Luxemburgo
1976. Galerie Nathan, Zürich
1972. Galerie Im Rathaus Tempelhof, Berlín. Galería Theo, Valencia
1971. Retrospectiva, Maison de la Culture, Bourgues, Francia
1970. Galería Theo, Madrid
1968. Fundación Mendoza, Caracas
1966. Galerie Villand & Galanis, Paris
1964. Galerie Villand & Galanis, Paris
1962. Galerie Villand & Galanis, Paris
1960. Retrospectiva, Museo de Arte Moderno, Madrid
1958. Museo de Bellas Artes, Caracas
1957. Galerie Villand & Galanis, Paris
1955. Museo de Bellas Artes, Caracas
1953. Galerie Evrard, Lille
1951. Galerie Blanche, Estocolmo

Al Aire Libre

Madre y Niño, 1947. Plaza de los Momos, Zamora.
Mère et enfant, 1947. La Ciotat, Francia.
A los españoles muertos por la libertad, 1948. Annecy, Francia.
Maternité, 1953. Ciudad Universitaria de Caracas, Venezuela.
Stella, 1956. La Guaira, Venezuela.
Nú, 1961. Jardín de Floralíes, Paris, Francia.
Stella, 1972, Parque del Castillo, aledaños del Museo Baltasar Lobo, Zamora.
Al aire libre, 1980, Parque del Castillo, aledaños del Museo Baltasar Lobo, Zamora.
Homenaje al poeta León Felipe, 1983, Parque León Felipe, Zamora.

Corsuelles, 1946-1968, Jardines del Castillo, cerca del Museo Baltasar Lobo y la Catedral, Zamora.